Cuentos para niños y niñas con lenguaje no sexista
por Claudia G. Mauri
Ilustración: Sol Denise Sotelo (9 años)por Claudia G. Mauri
Gael y sus descubrimientos
A Gael le gusta descubrir cosas que después le cuenta a su hada Petunia cuando ésta lo visita.
Gael hoy descubrió muchas cosas. Primero descubrió que le gustaban todos los juguetes, no sólo los autitos y las pelotas que a él le habían regalado, sino también los juguetes de su amiga Brisa. Ella tenía muñecas y ollitas y sartenes para cocinar, y sabía que a Brisa le encantaban los autitos y no tenía ninguno para jugar. Entonces se le ocurrió llevar sus juguetes a la casa de Brisa y juntos compartir todos los juegos. ¿O acaso cuando sea grande, yo no seré papá y alzaré a mi hijo y le daré de comer? Pensó Gael. ¿Y Brisa, acaso no manejará su auto?
Después, otro día, descubrió que no era cierto algo que le decían los grandes “que los niños no lloran” porque él se cayó en la vereda y se raspó la rodilla y como le dolía mucho, quiso llorar, y lloró y lloró hasta que se le pasó el dolor. Gael pensó entonces: “los chicos también lloran y eso está bien”.
Pasó otro día y Gael vio, que dos de sus amigos, se pelearon a las piñas porque uno no quería prestarle el juguete al otro. Gael pensó: ¿No habrá otro modo de arreglar las cosas? Y se le ocurrió llamar a los dos y decirles: .-Tomás, préstale tus cartas nuevas, que tanto le gustan a Pablo, y vos Pablo, préstale tu robot, que tanto le gusta a Tomás y no se peleen más. Y el asunto se arregló y Gael pensó: “Los problemas pueden arreglarse hablando, es mejor así, porque las piñas duelen y hacen daño”
Resulta que esa noche llegó el hada Petunia y Gael le contó sus descubrimientos y Petunia se puso tan contenta que empezó a dar saltos y volteretas por el aire.
.- Ahora me voy a contarles a todos las chicas y chicos del mundo. ¡Adiós Gael! dijo el hada. Gael se sentía más grande con tantos descubrimientos que hizo esta semana.
¿Y tú que descubriste?
Los sueños de Brisa
Brisa se acomodó en su cama a esperar que llegara el sueño. Pero en lugar del sueño, ¡oh! Sorpresa llegó el hada Petunia a visitarla y le dijo:
Brisa soñá fuerte, muy fuerte que tu sueño se cumplirá y Brisa soñó algo que le gustaba mucho: jugar en la placita con sus amigas y amigos del barrio. Corrían riendo detrás de una pelota de colores hasta que un perrito blanco se les unió al juego. El perrito blanco del sueño se convirtió en el perrito de Brisa y le puso de nombre: Tunita.
Brisa abrió los ojos y Petunia le dijo: .- Muy bien, tu sueño se cumplirá. Ahora soñá otra vez, fuerte, muy fuerte. Y Brisa volvió a cerrar los ojos y soñó que iba a la escuela y aprendía a leer y escribir y a sacar cuentas difíciles. La maestra sonreía contenta y la mamá y el papá la felicitaban porque ella era una niña muy inteligente.
Entonces Brisa abrió sus ojos y Petunia le dijo: .- Tu sueño se cumplirá cuando vayas el año próximo a la escuela. Ahora, soñá otra vez pero un sueño de grandes.
Brisa volvió a cerrar los ojos y volvió a soñar. Soñó que era médica, tenía un uniforme verde y ayudaba a sanar a las personas que estaban enfermas, las escuchaba, les daba consejos y remedios y ellos salían del consultorio mucho mejor.
Entonces Brisa abrió los ojos y Petunia dijo: .- Este sueño se cumplirá cuando seas grande. Ahora tengo que ir a visitar a otras chicas y chicos que me están esperando. Y no te olvides de soñar siempre porque tus sueños un día, se cumplirán. Buenas nocheeeessss!
Y a Brisa de dió mucho sueño, cerró los ojos y siguió soñando en sueños.
¿Y tú que sueñas?
A Gael le gusta descubrir cosas que después le cuenta a su hada Petunia cuando ésta lo visita.
Gael hoy descubrió muchas cosas. Primero descubrió que le gustaban todos los juguetes, no sólo los autitos y las pelotas que a él le habían regalado, sino también los juguetes de su amiga Brisa. Ella tenía muñecas y ollitas y sartenes para cocinar, y sabía que a Brisa le encantaban los autitos y no tenía ninguno para jugar. Entonces se le ocurrió llevar sus juguetes a la casa de Brisa y juntos compartir todos los juegos. ¿O acaso cuando sea grande, yo no seré papá y alzaré a mi hijo y le daré de comer? Pensó Gael. ¿Y Brisa, acaso no manejará su auto?
Después, otro día, descubrió que no era cierto algo que le decían los grandes “que los niños no lloran” porque él se cayó en la vereda y se raspó la rodilla y como le dolía mucho, quiso llorar, y lloró y lloró hasta que se le pasó el dolor. Gael pensó entonces: “los chicos también lloran y eso está bien”.
Pasó otro día y Gael vio, que dos de sus amigos, se pelearon a las piñas porque uno no quería prestarle el juguete al otro. Gael pensó: ¿No habrá otro modo de arreglar las cosas? Y se le ocurrió llamar a los dos y decirles: .-Tomás, préstale tus cartas nuevas, que tanto le gustan a Pablo, y vos Pablo, préstale tu robot, que tanto le gusta a Tomás y no se peleen más. Y el asunto se arregló y Gael pensó: “Los problemas pueden arreglarse hablando, es mejor así, porque las piñas duelen y hacen daño”
Resulta que esa noche llegó el hada Petunia y Gael le contó sus descubrimientos y Petunia se puso tan contenta que empezó a dar saltos y volteretas por el aire.
.- Ahora me voy a contarles a todos las chicas y chicos del mundo. ¡Adiós Gael! dijo el hada. Gael se sentía más grande con tantos descubrimientos que hizo esta semana.
¿Y tú que descubriste?
Los sueños de Brisa
Brisa se acomodó en su cama a esperar que llegara el sueño. Pero en lugar del sueño, ¡oh! Sorpresa llegó el hada Petunia a visitarla y le dijo:
Brisa soñá fuerte, muy fuerte que tu sueño se cumplirá y Brisa soñó algo que le gustaba mucho: jugar en la placita con sus amigas y amigos del barrio. Corrían riendo detrás de una pelota de colores hasta que un perrito blanco se les unió al juego. El perrito blanco del sueño se convirtió en el perrito de Brisa y le puso de nombre: Tunita.
Brisa abrió los ojos y Petunia le dijo: .- Muy bien, tu sueño se cumplirá. Ahora soñá otra vez, fuerte, muy fuerte. Y Brisa volvió a cerrar los ojos y soñó que iba a la escuela y aprendía a leer y escribir y a sacar cuentas difíciles. La maestra sonreía contenta y la mamá y el papá la felicitaban porque ella era una niña muy inteligente.
Entonces Brisa abrió sus ojos y Petunia le dijo: .- Tu sueño se cumplirá cuando vayas el año próximo a la escuela. Ahora, soñá otra vez pero un sueño de grandes.
Brisa volvió a cerrar los ojos y volvió a soñar. Soñó que era médica, tenía un uniforme verde y ayudaba a sanar a las personas que estaban enfermas, las escuchaba, les daba consejos y remedios y ellos salían del consultorio mucho mejor.
Entonces Brisa abrió los ojos y Petunia dijo: .- Este sueño se cumplirá cuando seas grande. Ahora tengo que ir a visitar a otras chicas y chicos que me están esperando. Y no te olvides de soñar siempre porque tus sueños un día, se cumplirán. Buenas nocheeeessss!
Y a Brisa de dió mucho sueño, cerró los ojos y siguió soñando en sueños.
¿Y tú que sueñas?
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