martes, 24 de mayo de 2011

¿GANARA LA INFORMACION O EL CONOCIMIENTO?

fuente: revista ñ
La unión de placer y saber
La convergencia digital incita a considerar los diversos modos de saber, divertirnos y estar juntos como partes interactuantes de la misma sociedad. Seguirá habiendo medios especializados en informar, otros en divertir y otros en producir sabiduría o ciencia. Pero la novedad es que unos pocos especialistas en televisión y videojuegos se hacen preguntas sobre lo que se aprende en estos esparcimientos.
Por: Néstor García Canclini
Los cambiantes hábitos culturales de los hijos llevan a preguntarnos en qué sociedad vivimos. ¿Sociedad del espectáculo?, ¿sociedad de consumo? Son algunos de los nombres que intentan contener la incertidumbre.


Hace dos décadas se publicaron libros que anunciaban la "macdonaldización" de la sociedad.
¿Información o conocimiento?
Esta opción nos desafía ahora. Las discrepancias sobre cómo llamarla se organizan en dos posiciones.
Los informáticos y tecnócratas confían al desarrollo basado en la información la mejora de los procesos productivos, que se abarate el costo de los bienes y se extienda el bienestar a todos los sectores mediante el acceso a "trabajos inteligentes" y la conexión a redes de información estratégica. Sostienen que ejercer la ciudadanía a través de recursos digitales hará crecer mucho las oportunidades de participación y descentralizará la toma de decisiones.
La segunda posición la representan algunos antropólogos y humanistas. Todas las sociedades, dicen, han sido sociedades de conocimiento, porque disponían de los saberes apropiados a su contexto y sus necesidades históricas. La consecuencia es el relativismo: hay muchos modos de conocer y cada grupo tiene derecho a darse su propio modo de vida. Pero, hoy, ¿cuántas sociedades pueden autoabastecerse? Mientras las naciones lograban gestionar con autonomía dentro de sus territorios la mayor parte de sus procesos económicos, sociales y culturales podían considerarse autosuficientes con sus saberes aislados. Al globalizarse los intercambios económicos, las migraciones, los medios de información y entretenimiento, se requiere una concepción que reconozca las diferencias junto con las desigualdades, las interconexiones entre sociedades que poseen formas distintas de conocimiento.
Esta división entre una concepción informacional de la sociedad y una concepción sociocultural de la información ya no es sostenible.
En cierto modo, esta transformación se vincula con el fin de la grieta entre el universo de las humanidades letradas y el de la comunicación audiovisual. Desde mediados del siglo XX, sobre todo por el desarrollo de la educación, de las industrias editoriales y audiovisuales, se acabó aquel orden ilustrado que separaba la escritura de las imágenes, la educación del entretenimiento y la información de la comunicación.
Uno de los ejemplos más citados es el de Time: dedicada a medios impresos, se unió al megaproductor audiovisual Warner. Convertidos, así, en los mayores fabricantes de espectáculos y contenidos (Time-Warner), se aliaron en 2000 con los megaproveedores de Internet (AOL). Las corporaciones concentran la capacidad de seleccionar e interpretar los acontecimientos históricos más allá de las fronteras geográficas o geopolíticas tradicionales.
La digitalización y las fusiones multimedia, con concentración empresarial están generando cambios: la tendencia predominante es combinar en un solo paquete los modos de acceso a los bienes culturales y los modos de información y comunicación. No nos informamos sólo en la escuela y mediante la lectura. No buscamos en las pantallas sólo entretenernos.
La cultura en la tecnosocialidad
¿Cortocircuito entre la escuela y la televisión, la lectura y los entretenimientos audiovisuales? La visión antagónica entre cultura letrada y tecnologías digitales es replanteada. El punto de partida es averiguar cómo conviven ahora la cultura letrada, la oralidad, el audiovisual y la digitalización de todos ellos.
Se trata, ya sabemos, de un proceso de recomposición a escala mundial.
La convergencia digital incita a considerar juntos los diversos modos de saber, entretenernos y estar juntos como partes interactuantes de la misma sociedad.
Un nuevo conocimiento más vasto, información para circular la diversidad y servir al entretenimiento, cuyo sentido aún es indeciso pero no quiere desvincular los movimientos del saber y el placer.

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