INVESTIGACION SOBRE TRAFICO DE PERSONAS EN LA ESCUELA MEDIA 409
A partir de la novela Vidas robadas, la docente de Biología Claudia Mauri impulsó un trabajo que planteó sorpresas. Varias adolescentes relataron situaciones al menos confusas en las que podría haber intentos de captación para redes.
Inspirados por la novela Vidas Robadas, que emite Telefé, y motivados por la docente de Biología, Claudia Mauri, alumnos y alumnas de tercer año de la escuela 409, de zona oeste, desarrollan el proyecto Que no te roben tu vida. Del trabajo en las aulas surgieron anécdotas de situaciones, por lo menos confusas, de captación de adolescentes que no llegaron a producirse. "En el año 2002, cuando tenía 11 años, chateaba todos los días con un chico, que resultó tener más de 22 años, y siempre insistía en que nos encontráramos, más que nada de noche", relató una adolescente, hoy de 16. "Un día fui a chatear con unas amigas y él me propuso vernos, como estaba acompañada le dije que sí", contó. Debían verse en la plaza de Donado y República, pero ella tomó la precaución de pedirle a sus amigas que la esperaran cerca. Cuando llegaron a la plaza, que estaba casi vacía, el joven le dijo que fueran a otro lugar. "Empezamos a caminar hasta una camioneta blanca, y él me invitó a subir para escuchar música. Me había dicho que tenía auto. Me pareció todo muy extraño, así que me negué a subir, le pedí que volviéramos a la plaza", continuó el relato de la niña. "Me preguntó si me gustaban los chicos más grandes y como me dio miedo, me fui con mis amigas. Salimos asustadas y vimos que nos seguía. Nos metimos por cortadas hasta que lo perdimos y nunca más volví a saber nada de él", terminó la anécdota.
"Cuando pensamos el proyecto, desapareció en nuestra ciudad una adolescente de 14 años, Natalia Narváez. Su mamá salió por los medios en forma casi inmediata y junto a organizaciones de derechos humanos y sindicatos lograron recuperarla en la frontera", rememoró Mauri sobre la génesis del proyecto de investigación. La historia de Natalia tuvo final feliz, pero un principio que se repite en muchos secuestros. "Esta niña fue 'enamorada' por un individuo mayor de edad, que se decía su novio, través del chat. Luego intentó sacarla del país para las redes de prostitución. Estos acontecimientos hicieron que se instale el tema en el aula", continuó el relato. A partir de estos acontecimientos, la docente sintió la necesidad de "realizar una investigación acerca de la manera que trabajan los explotadores para captar a las adolescentes".
Para empezar, definieron la Explotación Sexual Comercial de niños, niñas y adolescentes. "Es una situación muy compleja en la que están presentes algunas condiciones de tipo político, económico e ideológico.
Se da cuando una o varias personas pagan o prometen pagar por actos de tipo sexual", indicó la docente, quien afirmó que el trabajo en las aulas no sólo apuntó a prevenir la captación de las chicas para redes de trata, sino también para impedir que los chicos se conviertan en usuarios de sexo pago. "Trabajamos con perspectiva de género", afirmó.
Los objetivos del trabajo son conocer los distintos tipos de explotación sexual, que "constituyen un delito y una severa violación a los derechos humanos y a la Convención de los derechos de niños y niñas", así como "develar los mitos acerca de los clientes y las víctimas de la prostitución infantil". La docente también apuntó a "comprender las causas y las consecuencias de la explotación, adquiriendo una cultura de rechazo, tanto en la vida privada como en el ámbito público".
En el marco del proyecto de investigación, las adolescentes sacaron a relucir unas cuantas situaciones. Ana volvía de bailar, el 1º de mayo pasado, a las 7. Estaba esperando un taxi, cuando frenó un auto negro. Un hombre, que llevaba en su ropa un letrero de prensa, le ofreció trabajo en la televisión, o como modelo. "Mirándola con lujuria le elogió el cuerpo y están buscando modelos para una confitería bailable, mientras le pedía los datos", contó otra adolescente. "Suena muy raro que se busquen modelos en la calle un feriado, a las 7 de la mañana. Las adolescentes vuelven de bailar, la mayoría bebió de más. Esto las hace más vulnerables", indicó la docente. Las ofertas de trabajo como modelo se repiten. "Buscamos chicas como vos, con buenas tetas y culo", le dijo un hombre de unos 50 años a una adolescente. El hombre insistió en pedirle el número de celular. La llamó para insistir, pero ante la negativa, "cortó indignado porque le hicieron perder tiempo".
A partir de la novela Vidas robadas, la docente de Biología Claudia Mauri impulsó un trabajo que planteó sorpresas. Varias adolescentes relataron situaciones al menos confusas en las que podría haber intentos de captación para redes.
Inspirados por la novela Vidas Robadas, que emite Telefé, y motivados por la docente de Biología, Claudia Mauri, alumnos y alumnas de tercer año de la escuela 409, de zona oeste, desarrollan el proyecto Que no te roben tu vida. Del trabajo en las aulas surgieron anécdotas de situaciones, por lo menos confusas, de captación de adolescentes que no llegaron a producirse. "En el año 2002, cuando tenía 11 años, chateaba todos los días con un chico, que resultó tener más de 22 años, y siempre insistía en que nos encontráramos, más que nada de noche", relató una adolescente, hoy de 16. "Un día fui a chatear con unas amigas y él me propuso vernos, como estaba acompañada le dije que sí", contó. Debían verse en la plaza de Donado y República, pero ella tomó la precaución de pedirle a sus amigas que la esperaran cerca. Cuando llegaron a la plaza, que estaba casi vacía, el joven le dijo que fueran a otro lugar. "Empezamos a caminar hasta una camioneta blanca, y él me invitó a subir para escuchar música. Me había dicho que tenía auto. Me pareció todo muy extraño, así que me negué a subir, le pedí que volviéramos a la plaza", continuó el relato de la niña. "Me preguntó si me gustaban los chicos más grandes y como me dio miedo, me fui con mis amigas. Salimos asustadas y vimos que nos seguía. Nos metimos por cortadas hasta que lo perdimos y nunca más volví a saber nada de él", terminó la anécdota.
"Cuando pensamos el proyecto, desapareció en nuestra ciudad una adolescente de 14 años, Natalia Narváez. Su mamá salió por los medios en forma casi inmediata y junto a organizaciones de derechos humanos y sindicatos lograron recuperarla en la frontera", rememoró Mauri sobre la génesis del proyecto de investigación. La historia de Natalia tuvo final feliz, pero un principio que se repite en muchos secuestros. "Esta niña fue 'enamorada' por un individuo mayor de edad, que se decía su novio, través del chat. Luego intentó sacarla del país para las redes de prostitución. Estos acontecimientos hicieron que se instale el tema en el aula", continuó el relato. A partir de estos acontecimientos, la docente sintió la necesidad de "realizar una investigación acerca de la manera que trabajan los explotadores para captar a las adolescentes".
Para empezar, definieron la Explotación Sexual Comercial de niños, niñas y adolescentes. "Es una situación muy compleja en la que están presentes algunas condiciones de tipo político, económico e ideológico.
Se da cuando una o varias personas pagan o prometen pagar por actos de tipo sexual", indicó la docente, quien afirmó que el trabajo en las aulas no sólo apuntó a prevenir la captación de las chicas para redes de trata, sino también para impedir que los chicos se conviertan en usuarios de sexo pago. "Trabajamos con perspectiva de género", afirmó.
Los objetivos del trabajo son conocer los distintos tipos de explotación sexual, que "constituyen un delito y una severa violación a los derechos humanos y a la Convención de los derechos de niños y niñas", así como "develar los mitos acerca de los clientes y las víctimas de la prostitución infantil". La docente también apuntó a "comprender las causas y las consecuencias de la explotación, adquiriendo una cultura de rechazo, tanto en la vida privada como en el ámbito público".
En el marco del proyecto de investigación, las adolescentes sacaron a relucir unas cuantas situaciones. Ana volvía de bailar, el 1º de mayo pasado, a las 7. Estaba esperando un taxi, cuando frenó un auto negro. Un hombre, que llevaba en su ropa un letrero de prensa, le ofreció trabajo en la televisión, o como modelo. "Mirándola con lujuria le elogió el cuerpo y están buscando modelos para una confitería bailable, mientras le pedía los datos", contó otra adolescente. "Suena muy raro que se busquen modelos en la calle un feriado, a las 7 de la mañana. Las adolescentes vuelven de bailar, la mayoría bebió de más. Esto las hace más vulnerables", indicó la docente. Las ofertas de trabajo como modelo se repiten. "Buscamos chicas como vos, con buenas tetas y culo", le dijo un hombre de unos 50 años a una adolescente. El hombre insistió en pedirle el número de celular. La llamó para insistir, pero ante la negativa, "cortó indignado porque le hicieron perder tiempo".
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