por Valentín Fernández-Tubau
El audiovisual del futuro, que ya ha comenzado a modelarse, incluye un elemento esencial por encima de los demás: el concepto transmedia.
En la narrativa de historias, el concepto implica que distintas partes de la ficción creada sea diseminada por diferentes canales (salas de cine, TV, Internet/web, videojuegos, móviles…) en lugar de concentrarse en uno solo. Los canales no deben repetir un mismo contenido, sino que deben aportar aspectos nuevos de forma que los contenidos de los distintos canales se complementen entre sí.
El propósito es crear una experiencia múltiple en sinergia, que lleve mucho más allá de la que generaría cualquiera de los canales en solitario.
El ejemplo clásico que se emplea para ilustrarlo es el de Matrix , donde se proporciona información a través de 3 películas, cortos de animación, colecciones de comics y videojuegos, y se necesita el conjunto, para captar la totalidad de la información.
Su aplicación pura implica que la dispersión de elementos de la narración general esté diseñada para que el usuario no pueda asimilarla a través de un sólo formato sino que necesite de los diversos formatos que la componen.
La filosofía de transmedia tiene en cuenta que el público no tendrá el tiempo suficiente para reunir toda la historia y comprenderla por si sólo ¿A qué fuerza esto? A que se formen comunidades en torno al cuerpo narrativo, muy en la línea de lo que ha venido sucediendo en el campo de los videojuegos y en las series de televisión.
Según el gurú de transmedia Henry Jenkins, la narrativa transmedia es la forma estética ideal para la era de “la inteligencia colectiva”, el término acuñado por Pierre Levy para referirse a estructuras que permiten la circulación y participación en el conocimiento, en una sociedad interconectada. De ahí que Jenkins señale el ejemplo de Lost (Perdidos) para ilustrar el fenómeno: en medio de un episodio de la segunda temporada, se dieron tintes de un mapa que los fans se apresuraron a digitalizar congelando la imagen, tras lo cual lo subieron a Internet, A partir de entonces empezaron a hacer conjeturas sobre lo que podría revelar sobre la Hanso Corporation y sus actividades en la isla.
El éxito de un diseño transmedia implica ir más allá de la mera información. Debe proveer metas, o interés en algunos personajes o sucesos que lleven a que el público interactúe, llevando la historia a facetas de su propia vida u ocio (rompiendo el rol de mero espectador).
El audiovisual del futuro debe contemplar todos estos aspectos desde su diseño Ya no basta con crear una simple historia de 90 minutos o una simple serie de 13 capítulos. La implicación e interactividad entre el contenido y el público debe ser tenido en cuenta desde el inicio.
Cerrar los ojos al universo transmedia, sería actuar como el avestruz que oculta la cabeza para no ver lo que implican los nuevos tiempos de la narrativa audiovisual. La era donde el guionista concebía sólo un guión ha empezado a extinguirse. Los nuevos tiempos piden capacidad de involucrar al espectador más allá de los minutos que nuestra obra dura en pantalla.
El dominio de las técnicas creativas y la comprensión del universo transmedia, será esencial para sobrevivir en un futuro bien próximo, por tanto, al narrador audiovisual le quedan dos alternativas: dar la espalda a la realidad y seguir subsistiendo hasta que el oxígeno clásico se agote, o abrazarse al nuevo mundo multicreativo, preparándose desde este mismo momento, si aún no ha comenzado a hacerlo.
En la narrativa de historias, el concepto implica que distintas partes de la ficción creada sea diseminada por diferentes canales (salas de cine, TV, Internet/web, videojuegos, móviles…) en lugar de concentrarse en uno solo. Los canales no deben repetir un mismo contenido, sino que deben aportar aspectos nuevos de forma que los contenidos de los distintos canales se complementen entre sí.
El propósito es crear una experiencia múltiple en sinergia, que lleve mucho más allá de la que generaría cualquiera de los canales en solitario.
El ejemplo clásico que se emplea para ilustrarlo es el de Matrix , donde se proporciona información a través de 3 películas, cortos de animación, colecciones de comics y videojuegos, y se necesita el conjunto, para captar la totalidad de la información.
Su aplicación pura implica que la dispersión de elementos de la narración general esté diseñada para que el usuario no pueda asimilarla a través de un sólo formato sino que necesite de los diversos formatos que la componen.
La filosofía de transmedia tiene en cuenta que el público no tendrá el tiempo suficiente para reunir toda la historia y comprenderla por si sólo ¿A qué fuerza esto? A que se formen comunidades en torno al cuerpo narrativo, muy en la línea de lo que ha venido sucediendo en el campo de los videojuegos y en las series de televisión.
Según el gurú de transmedia Henry Jenkins, la narrativa transmedia es la forma estética ideal para la era de “la inteligencia colectiva”, el término acuñado por Pierre Levy para referirse a estructuras que permiten la circulación y participación en el conocimiento, en una sociedad interconectada. De ahí que Jenkins señale el ejemplo de Lost (Perdidos) para ilustrar el fenómeno: en medio de un episodio de la segunda temporada, se dieron tintes de un mapa que los fans se apresuraron a digitalizar congelando la imagen, tras lo cual lo subieron a Internet, A partir de entonces empezaron a hacer conjeturas sobre lo que podría revelar sobre la Hanso Corporation y sus actividades en la isla.
El éxito de un diseño transmedia implica ir más allá de la mera información. Debe proveer metas, o interés en algunos personajes o sucesos que lleven a que el público interactúe, llevando la historia a facetas de su propia vida u ocio (rompiendo el rol de mero espectador).
El audiovisual del futuro debe contemplar todos estos aspectos desde su diseño Ya no basta con crear una simple historia de 90 minutos o una simple serie de 13 capítulos. La implicación e interactividad entre el contenido y el público debe ser tenido en cuenta desde el inicio.
Cerrar los ojos al universo transmedia, sería actuar como el avestruz que oculta la cabeza para no ver lo que implican los nuevos tiempos de la narrativa audiovisual. La era donde el guionista concebía sólo un guión ha empezado a extinguirse. Los nuevos tiempos piden capacidad de involucrar al espectador más allá de los minutos que nuestra obra dura en pantalla.
El dominio de las técnicas creativas y la comprensión del universo transmedia, será esencial para sobrevivir en un futuro bien próximo, por tanto, al narrador audiovisual le quedan dos alternativas: dar la espalda a la realidad y seguir subsistiendo hasta que el oxígeno clásico se agote, o abrazarse al nuevo mundo multicreativo, preparándose desde este mismo momento, si aún no ha comenzado a hacerlo.
2 comentarios:
Pero considero que es tb un peligro, ya que te entra en tu subjetividad sí o sí. Algo similar a las noticias de robos, que te las pasan tan seguido que te dan fobias y ataques de pánico. Tendriamos que aprender a centranos en nosotros mismos para no caer al precipicio y mantener el equilibrio.
precisamente, si lo publico es para generar el debate pero no porque adhiera, pero los educadores tenemos que empezar a pensar estas cosas
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