Marcelo Colussi
cuando hablamos de un desarrollo casi sin límites de la revolución científico-técnica moderna, debemos tener muy claro dos cosas: a) que la misma está al servicio de la gran industria, del gran capital, y b) justamente por lo anterior, sus beneficios no llegan a la totalidad de los seres humanos.un cuarta parte de la humanidad no dispone de energía eléctrica, y un 20 % no tiene acceso a servicios de agua potable. Ni mencionemos ya que las dos primeras causas de muerte, pese a la diosa-ciencia, siguen siendo el hambre y las diarreas. Y la tercera causa es la violencia El auge de la cultura de la imagen, que marcó la segunda mitad del siglo XX y parece no tener fin, determina en muy buena medida la manera en que concebimos nuestra realidad. En otros términos: importa más la presentación que el contenido. En esa lógica entra la cultura del Power Point. Hoy por hoy, este programa para presentaciones con elementos multimediales ideado y comercializado por el gigante Microsoft, es ya un ícono obligado en lo tocante al mundo de los negocios, el del ámbito académico y el de las comunicaciones en general. ¿Es el Power Point un síntoma que hemos entrado de lleno en la cultura del manual, del instructivo banal y ligero? el Hamlet, pueden trocarse así en el "Manual para pensar lo humano, su historia y su sentido en el universo" (en 3 diapositivas), o en el "Manual del sentido trágico de la vida" (en 4 diapositivas con efectos sonoros). En otros términos: ¿ayuda positivamente este nuevo instrumento, o ratifica el triunfo de la imagen a costa del análisis razonado? Quizá todo esto no es sino una estúpida exageración: el programa Power Point es una herramienta, y nada más; de cómo se use la herramienta depende el impacto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario